La Terapia Gestalt es una terapia humanística que busca el equilibrio integral de la persona, centrándose en todos los aspectos que la conforman: emocional, cognitivo, corporal y relacional. Entendiendo a la persona como un proceso en constante transformación.
Forma parte de la Psicología Humanista y considera que el ser humano lleva dentro de sí los recursos necesarios para superar sus dificultades psicológicas y emocionales y conseguir una vida plena.
La terapia Gestalt nace en los años 40 (del siglo XX). Su creador es Fritz Perls, (1993-1970). Médico psiquiatra junto a su mujer Laura Perls. Destaca la figura del psiquiatra Claudio Naranjo, claro sucesor de Fritz Perls. Dedicado a desarrollar más ampliamente la terapia Gestalt, es a día de hoy un referente mundial. Asimismo, se alza además como pionero de la psicología transpersonal, la cual integra la psicoterapia y la espiritualidad.
La Terapia Gestalt nos enseña a afrontar la existencia partiendo del presente, del aquí y ahora, para ello nos centramos en la forma de actuar, pensar y sentir que nos conduce a la toma de conciencia, y a darnos cuenta. Desarrollando: presencia, conciencia y responsabilidad.
En la Terapia Gestalt se promueve el reconocimiento y la expresión de las emociones negadas con el fin de conectar con nuestros propios recursos.
La metodología que se utiliza es experiencial, presidida por la premisa de que “aprender es, vivir y experimentar”.
Bases DE LA TERAPIA GESTALT
- Vivir ahora. Ocúpate del presente más que preocuparte del pasado o del futuro.
- Vivir aquí. Relaciónate más con el presente que con el ausente.
- El “darse cuenta”: amplía la conciencia sobre ti mismo, llevando la atención al cuerpo, los pensamientos y la emoción.
- Deja de imaginar: experimenta el real (Cambia las fantasías por experiencias)
- Abandona los pensamientos innecesarios; más bien siente y observa lo que ocurre.
- Expresa tus sentimientos, como son estos sentimientos y desde donde surgen
- Entrégate tanto a la conciencia del placer como la del dolor.
- Responsabilízate plenamente de tus acciones, sentimientos y pensamientos.
- No aceptes ningún otro «debería o tendría» más que el tuyo propio
- Sé honesto. Expresarte honestamente en lugar de manipular, explicar, justificar o juzgar.
- Acepta ser como eres.
En estas Bases se encuentra la esencia de la terapia Gestalt, generando un proceso amplio y profundo hacia el desarrollo personal.
Los terapeutas gestálticos conciben a su cliente como la persona que cuenta con un repertorio de potencialidades, suficiente como para que pueda superar cualquier adversidad, y también suficiente como para que pueda explorar su propia felicidad.
Como decía -Fritz Perls Creador de la terapia Gestalt “Considera que tu cliente es un individuo capaz y completo, que puede hacer cosas difíciles sin que tú se las hagas por él, que puede encarar el dolor y eso no le va a partir, que puede tomar vías erróneas y aprender de sus propios errores.” -Fritz Perls (1974)-
Podemos resumir que los pilares de la Terapia Gestalt son:
Darse cuenta, Presente /Presencia (aquí y ahora) y Responsabilidad.
DARSE CUENTA es entrar en contacto con lo que uno es, siente y percibe, en un aquí y ahora es dinámico, multidimensional, en cada instante podemos atender a innumerables experiencias (sonidos, imágenes, emociones…) y cualquiera de ellas puede guiarnos y conducirnos en una dirección particular.
EL PRESENTE: nada ocurre sino ahora, el pasado ya no existe y el futuro aún no es. La buena vida solo es posible en esta actualidad temporal (AHORA) y espacial (AQUÍ).
El presente hace fluir el auténtico aprendizaje, el cual no es sumar información para adecuarla a nuestros conceptos, sino descubrir, con todo el riesgo que conlleva, nuestra propia capacidad, nuestro potencial y nuestro apoyo.
El pasado no existe. Tenemos recuerdos de las situaciones vividas y esos recuerdos son las construcciones que estamos haciendo en este preciso momento. Dependen de la óptica con la que miremos y los significados que les demos a los hechos ocurridos ayer. Los mismos hechos ya no son los “mismos hechos”.
El futuro será un ahora cuando lo estemos viviendo. Hoy, lo único que existe es la fantasía en mi mente que inventa una posibilidad que tal vez no ocurra. La anticipación nos conecta con la ansiedad y con el miedo. Necesitamos volver a percibir nuestro entorno y darnos cuenta de que estamos existiendo en un presente. En una actualidad única y que no debemos desaprovechar. ¡Es nuestra vida!
Estar en el “aquí y ahora” es mucho más que una simple frase repetida. No llegamos a esa condición con solo desearlo. Necesitamos aprender a estar conscientes.
Desilusionarnos con el juego de la mente que hurga en el pasado y fantasea con lo que sucederá para resolver por anticipado lo que tal vez suceda o no.
Vivir el presente es el camino y, para ello, debemos aprender a despegarnos del ruido de la mente y sentir nuestro cuerpo hasta que podamos habitarlo.
La memoria corporal existe en el presente. Es hoy el momento de percibirla, trabajarla y liberarla. El uso pleno de nuestros sentidos (vista, oído, tacto, olfato, gusto) nos facilita estar presentes: percibiendo, captando, disfrutando o sufriendo la realidad que nos rodea, sin enjuiciarla ni interpretarla, solo captar y mantenernos abiertos al darnos cuenta de lo que sucede en este preciso momento.
LA PRESENCIA
La presencia es la actitud de contacto con el entorno y con nosotros mismos en la que estamos vivos, despiertos y sensibles. Estamos profundamente presentes cuando habitamos el momento siendo conscientes de lo que sucede y nos acontece. Entonces expresamos lo que necesitamos y suspendemos nuestras interpretaciones, juicios críticos y pensamientos acerca de la realidad.
Es el simple estar consciente, es ser lo que somos, sin pretender nada más.
Estamos presentes cuando aceptamos nuestra experiencia sin oponernos ni pretendemos estar en otra situación vital. No renegamos de la vida que nos toca. Abrimos los ojos y la enfrentamos con nuestros recursos.
En síntesis, la presencia se desarrolla en la medida en que soltamos nuestras teorías y estamos plenamente en contacto con el vacío que envuelve a la situación. Desde allí, sostenemos, escuchamos, miramos y nos expresamos. Estar presentes con el corazón abierto es la mayor abundancia que podemos brindar.
LA RESPONSABILIDAD
“Solo hay una persona en el mundo responsable de mi bienestar. Y soy yo mism@”
Para el enfoque gestáltico, la responsabilidad es la fuente de poder personal que nos permite vivir nuestra propia vida, adueñándonos completamente de nuestras acciones, corriendo riesgos y aprendiendo paso a paso.
La responsabilidad es la capacidad de respuesta creativa que cada persona es capaz de generar. Una expresión muy usada es el “hacerse cargo” de la elección que hacemos y en esto reside la responsabilidad, en esa elección que hacemos.
Una mirada positiva de la realidad es la que rescata lo que existe por encima de lo que falta. Lo que existe, en el aquí y ahora, es el punto de apoyo para la experiencia vital.
Preguntarme qué puedo hacer a partir de esta situación, me coloca en un punto de potencia. Mi propia capacidad para aprovechar lo presente, en vez de añorar lo que no existe.
Perls decía: Responsabilidad significa simplemente estar dispuesto a decir “Yo soy yo” y también “yo soy lo que soy”. Perls también se refería a esto como “la tendencia de todo organismo a actualizarse tal cual es”. “Una rosa es una rosa” lo mismo que “un elefante no trata de actualizarse como pájaro”.
En las sesiones de terapia Gestalt trabajamos para desarrollar en la persona estos preceptos básicos de la terapia Gestalt.
El objetivo de la terapia Gestalt es enseñar a la persona a centrarse en el presente, y a tomar conciencia de sus sentimientos y deseos, para mejorar la coherencia entre lo que siente y piensa y cómo actúa.
La Terapia Gestalt te puede ayudar a:
Mejorar tu autoestima, aprender a aceptarte a ti mismo/a tal como eres en este momento de tu vida.
Aprender a tratarte con más respeto y ternura para ganar más confianza en ti misma y más seguridad ante los otros.
Mejorar tus relaciones personales para disfrutar de una vida social más fácil.
Sanar tus relaciones familiares, para tener una mayor comprensión de ti y una vida más tranquila.
Tomar más conciencia de tu cuerpo, te atreverás a expresar tus sensaciones y emociones con más libertad.
Gestionar mejor tus emociones la rabia, la tristeza, la soledad, la culpa, el miedo…
Explorar los pensamientos que te limitan: “No soy suficientemente bueno como soy”, «soy tonto», «no valgo» …
Superar situaciones del pasado que no te dejan avanzar.
Sabrás cómo poner límites, decir que no, te permitirás priorizar tus sensaciones y necesidades.
Gestionar tus momentos de ansiedad y angustia para mejorar tu calidad de vida
Dejarás de ser complaciente con los demás para ser aceptado.
Afrontar situaciones de crisis personal y crisis de relación (pareja, laboral, familiar)
Desarrollar formas más eficaces de comunicación.
Conseguir un mayor grado de bienestar.
Conectarás con tu poder personal, te atreverás a tomar decisiones con más libertad.
Articulo realizado por Sara Medel terapeuta Gestalt
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